El estrés es una situación natural en el que el organismo da respuesta a la acción de estímulos ambientales físicos, psicológicos y fisiológicos que actúan sobre los sistemas nervioso, endocrino, circulatorio y digestivo, produciendo cambios medibles en los niveles funcionales de estos sistemas.

El estrés oxidativo tiene lugar cuando existe un desequilibrio entre los compuestos generados por dichos estímulos denominados especies reactivas de oxígeno (ROS) y los sistemas de defensas del organismo frente a ellos (antoxidantes y/o enzimas) debido a carencia de vitaminas y minerales, procesos inflamatorios, deficiencia del sistema inmune, situaciones de ejercicio intenso y factores ambientales que impiden al organismo controlar la reacción en cadena de las ROS.

La capacidad de respuesta del organismo frente al estrés depende del tipo, duración e intensidad de los estímulos que lo generen, así como también a la habilidad individual para habituarse al propio estrés. La respuesta del organismo frente al estrés es siempre la misma; hay un aumento de la actividad simpática y del eje adrenomedular. El aumento de la actividad de este eje promueve un trastorno en el metabolismo de lípidos e hidratos de carbono, un aumento de la secreción de corticoides por las glándulas suprarrenales, la reducción de la función reproductiva y producción de las hormonas esteroides sexuales.

Por tanto, podemos concluir que el estrés oxidativo participa en enfermedades de gran relevancia clínica como diabetes, obesidad, hipertensión arterial además de ser importante en el envejecimiento.

El término estrés fue acuñado por Hans Selye (1973), quien descubrió los estímulos que podían provocar esta condición y sus consecuencias en el organismo. Enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas y el cáncer son algunas donde el estrés oxidativo juega un papel importante.

El resveratrol es un polifenol natural presente en numerosas plantas y frutos como cacahuetes, moras,arándanos y, sobre todo, en la uva y el vino tinto. Se genera en todas estas especies como un potente antioxidante en respuesta a situaciones estresantes (radiación ultravioleta, infecciones fúngicas). En las uvas es únicamente sintetizado en su piel, que puede contener hasta 50-100 mg/g en fresco, motivo por el que sólo aparece en el vino tinto y no en el blanco.

El interés por el resveratrol viene de diversos estudios epidemiológicos en los que se indica la correlación inversa entre el consumo de vino tinto y la incidencia de enfermedades cardiovasculares. También se exponen otras propiedades como antiinflamatorio, propiedades antivirales y antitumorales.

Sin embargo, el potencial terapéutico del resveratrol se ve limitado por su baja biodisponibilidad. Existe una relación entre su estructura química y su actividad, siendo su forma trans determinante para mantener sus propiedades. Se desconocen aún con seguridad las dosis necesarias para obtener un mayor rédito en sus beneficios, pero sí que son mejores altas dosis orales y su uso durante periodos prolongados para poder obtener mejores resultados.